Retorno a la inocencia...

No es que me haya vuelto mocha ni nada pero después de enterarme de la existencia de dos videos bien pornos de unos NIÑOS de secundaria y otros de prepa en mi rancho, la neta es que están de miedo, aunque es algo muy normal, como que sigo pensando que tiene su tiempo y espacio.

El asunto no me espanta mucho, pero no deja de llamarme la atención el hecho que envuelve a este boom por los video-porn-star-amateur que se han aventado últimamente aquí en mi rancho y que han salido a la luz pública quizá sin la menor conciencia de las consecuencias que esto puede traer a la vida de los protagonistas.

En una reciente plática (de hace rato) al calor de las chelas y con un baguette "quezque" internacional del Kukuiaio con pera y jamón serrano...le pregunté a Sandra (una de mis comadres) si recordaba un asunto medio turbio que sucedió cuando íbamos en la secundaria (por allá de 1991) cuando unos chicos de nuestra generación habían sido cachados in-fraganti en el parque de los Tecajetes, (al cual conocíamos como los "tefajetes")..y mi comadre y yo terminamos riéndonos porque en ese entonoces entre el morbo y el señalamiento los pobres compañeros, sobre todo ellas, no sabían dónde meter la cabeza...(pa' que entrar en más detalles por algo que ocurrió hace como 16 años).

Total que la gran diferencia es, que en aquel entonces, no existían los celulares y, si existían, era sólo en películas gringas y tenían aspecto de un super-ladrillo y no tenían cámara ni cuanta mugre función tienen ahora, es más la tecnología que hoy tenemos jamás la imaginamos en aquel momento, luego entonces, jamás nos soñamos con un celular que tuviera mil funciones que no utilizamos y encima con cámara digital (que sólo imaginamos ver en películas tipo James Bond).

Sin embargo, estos chamos de ahora (jaja soné muy vieja), no obstante que no tienen la inocencia que tuvimos en aquel entonces, desde los 12 años ya empiezan con sus pininos sexosos desde como a los 10 sino es que antes!!! (ya que otra comadre me comentó del caso de un niño de 7 años que había sido expulsdado de la escuela por andar queriendo besuquear chamacas) !! y eso si me espanta¡¡ no por mocha, sino porque siento que la inocencia en todo lo que hagamos y sobre todo en el amor debe recuperarse, encerrar ese misticismo, no para siempre ni hasta el matrimonio (esas son patrañas) pero si mínimo hasta los 16-17 años! para que haya una decepción dulcemente amorosa por dios!.

Yo creo que si sería padre que los chamacos indomables de ahora, mínimo vean una vez Disney!!!, aunque se generen traumas pero son más inocentes, Donald, Mickey, Daisy, Mimí, Tribilín, Pluto....que vean Don Gato y su pandilla, la pantera rosa, los pitufos, ver películas como Cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente, que les vendan la idea como a nosotras del príncipe azul que jamás llega pero por lo menos en sueños existe!...no que pinches mocosos, sólo ven south park, ramma 1/2, la casa de los dibujos, ven Shrek (esa che caricatura verde que desmitifica a todos mis héroes inocentes de mi infancia traumática), pura película y caricatura de doble sentido y, si les pones una caricatura de cuando eras pequeña, se aburren o te mandan a volar!.

El punto aquí es que aunque las escuelas son formativas (como diría el director de la secundaria en cuestión) todo lo demás viene de casa y de la calle, si señor, la casa no lo es todo ya que la mayor parte de las cosas uno las aprende en la calle y la calle no siempre es mala, la bronca es saber canalizar todo lo que vamos aprendiendo sea para bien o para mal, pero saber canalizarlo a nuestra forma de conducirnos pues sí es indispensable.

La neta es que aunque los asuntos sexuales siempre han existido y nunca dejarán de existir, desde la secundaria o la preparatoria, son cosas tan naturales que en algún momento nos toparemos con ellas, el cuete es que no maus!! nunca habían salido a la luz pública, como no había internet ni celulares en aquel entonces (principios de los 90) pues jamás eran asuntos del dominio público, osea lo hablaban sí, pero NO HABÍA EVIDENCIAS.

En fin, sé que es un malviaje muy guajiro pero como me gustaría ver un retorno a la inocencia.